septiembre 29, 2017

Rincones frondosos


La ciudad es un caos
y la vida en ella, un infierno.

Tú eres lo único que tiene sentido
en este pueril mundo,
Montaña.

Cuando cierro los ojos
y lleno los pulmones,
en el preludio de la lluvia
tu bosque se presenta.

Sé que estas llorando
por mi ausencia irresoluta
y por mi llanto taciturno
devenido en consecuencia.

Aún lejana, madre tierra,
a través de los campos
tu lozano consuelo
alcanza mi corazón.

Son tus lágrimas preciosas,
en la bruma crepuscular,
que acuden en mi auxilio
a sosegar mi añoro.

Es aliento en la espera
de mi retorno inminente
a tus rincones frondosos
en el albor de mi vida.