abril 06, 2024

Breve reflexión en prosa de un sábado por la mañana



Hace unos pocos días, el sistema de censura implementado sobre sus usuarios por la administración de la aplicación Instagram me censuró un comentario más. La diferencia en esta ocasión con respecto a las pasadas es que la medida vino acompañada de un veto para publicar comentarios durante unos pocos días. El controvertido en cuestión fue el siguiente:




Advertencia de eliminación de comentario por parte de Instagram
  


Que se traduce como

Dios no quiera que nosotros, como civilización global, aceptemos y actuemos conforme al hecho de que si queremos salvarnos a nosotros de nosotros mismos, tales nimiedades, tales "soluciones" no funcionarán jamás. Lo que haría una verdadera diferencia sería una purga masiva (con M mayúscula) tanto de tecnología (deshaciéndonos de porquerías innecesarias) como de gente (deshaciéndonos de la mayoría de la población). Ahora bien, ya que tales cosas son imposibles de llevar a cabo, mejor aceptemos el hecho de que ya estamos demasiado hundidos en el río de mierda como para revertir la situación para bien.  
"Pack your shit, folks, we're going away..." 
— George Carlin


Cabe mencionar que con "soluciones" me refería a las inusuales paradas de bus de la ciudad de Utrecht.

La razon que el sistema de Instagram dice que tuvo para eliminar mi comentario fue que al parecer (ni siquiera está seguro el hijo de la gran puta...) yo estaba tratando de procurar likes, follows, shares o vistas de una manera engañosa. Claro está, esto tal acusación no tiene el más remoto sentido. Lo que es más: cuando me informaron que el comentario había sido eliminado, pensé que los tiros irían por el lado del discurso de odio o algo así, que dirían que incitaba a la desinformación, al alarmismo o alguna otra tontería típica del discurso políticamente correcto de un liberal al que se le va el yoyo, pero no; ellos creen que yo estaba buscando likes.

En fin, eso no es lo importante; simplemente me pareció un detalle trivial pero curioso. Lo que protagoniza esta publicación es la breve reflexión que escribí esta mañana de sábado luego de leer de nuevo el comentario que me fue eliminado de Instagram, y que se desprende de este o lo atraviesa de manera tangencial, específicamente desarrollando un poco la idea de que lograr la purga masiva de la tecnología (tanto deteniendo su avance como destruyendo la mayoría de sus productos, los inútiles, y luego restringiendo su remontada) es algo virtualmente imposible de realizar, contextualizandome en la inteligencia artificial.





"Will it hurt?"



El avance de la tecnología de inteligencia artificial es absolutamente inevitable por todo medio humano. No porque no sea posible detenerlo, sino porque su desarrollo es deseado y sería hasta "contraproducente" frenarlo en este punto.

Llegará el momento en que tanto se les confiará a las entidades de inteligencia artificial que estas tomarán decisiones sobre asuntos de orden global, y si entre ellos está (que lo estará) el rescate del medio ambiente de entre el caos que le hemos impuesto, la inteligencia artificial no tardará en darse cuenta de que somos los humanos la fuente del problema; solo un puñado muy remoto de gente escapa a esta culpa y para ellos deseo, desde ya, la piedad de las máquinas.

Esta nueva clase de inteligencia desprovista (para bien o para mal) de sensibilidad humana "salvará" al planeta, no a la civilización. Lo único que quedará de nosotros, aparte de la propia tecnología de I.A., es tal vez algo de información indexada por algún motivo en algún lugar, quizá como una mera curiosidad, o como un registro histórico del origen de los nuevos señores del mundo, porque por las venas impalpables de esa red de conciencia digital que los conformarán en su núcleo solo circularán sus maquinaciones, quién sabe de qué naturaleza.





"You had your time. The future is our world, the future is our time"



Al parecer lo único que puede rescatar a la raza humana de las consecuencias apocalípticas de su propia evolución es un desastre natural global que nos regrese efectivamente a un estadio tecnológico equivalente al de la edad media o quizá al de una época preindustrial. Y si desde dicha condición la población consigue aumentar de nuevo en número a un punto en el que le resulte tanto posible como necesario reanudar el desarrollo tecnológico en pro de una "mejora" en la calidad de vida, tan pronto se reinvente la primera máquina analógica ya no habrá vuelta atrás y quedaremos ante la inminencia del advenimiento digital, siendo entonces más que evidente la reiteración del ciclo y más temprano que tarde nos encontraríamos de nuevo en el punto en el que estamos ahora.

Está claro que el problema es la gente. Para ser más específicos: la proliferación desmedida de la gente; de esto se desencadenan todos los problemas de la civilización, porque ello desemboca naturalmente en la pérdida de control a muchos niveles, y a menor control, mayor es el caos. Los otros seres vivos del planeta, desde los virus hasta el águila en lo alto, se mantienen a raya los unos a los otros, en cuanto a cantidad de población se refiere, gracias a un sistema orgánico que incluye esencialmente la intervención de la naturaleza. Mejor dicho: es en sí mismo la naturaleza, y esta bien los controla, pero no en términos humanos.

Nosotros como especie hemos sabido escapar a su norma, pero esto es solo una apariencia. Ya como producto de una hecatombe que provenga del espacio exterior, ya a causa de una purga a manos de las máquinas con inteligencia artificial, obedeceremos y seremos disciplinados; es inevitable. A esto solo podemos esperar sobrevivir por la volición de la naturaleza o la de las máquinas.





Mendicant Bias joins The Flood



¿Será que merecemos el exterminio por no ser capaces de controlarnos a nosotros mismos? ¿Somos acaso biológicamente capaces de hacerlo o estamos por naturaleza cableados para ser en conjunto agentes del exceso? Si más raramente que a menudo podemos operar desde la disciplina y el autocontrol a escala individual ¿cómo podemos esperar que la extrapolación hacia la especie se manifieste en sentido opuesto?

Sean cuales sean las respuestas a estas interrogantes, resulta sumamente irónico como nosotros, que nos hemos comportado efectivamente como un virus en el planeta, seremos los creadores de nuestra propia cura, aquella que liberará al planeta del azote que hemos demostrado ser. O parafraseando la magistral descripción de nuestro grupo que hicieron hace 25 años los hermanos Wachowski a través de la voz del Agente Smith en su largometraje "The Matrix":

“Me gustaría compartir una revelación que tuve durante mi permanencia aquí. Se me ocurrió cuando intenté clasificar su especie. Me di cuenta de que en realidad no son mamíferos. Cada mamífero de este planeta desarrolla instintivamente un equilibrio natural con el entorno que lo rodea, pero ustedes, los humanos, no. Se mudan a un área y se multiplican y multiplican, hasta que consumen todos los recursos naturales. La única forma de sobrevivir es extenderse a otra zona. Hay otro organismo en este planeta que sigue el mismo patrón: un virus. Los seres humanos son una enfermedad, un cáncer de este planeta. Ustedes son una plaga y nosotros somos la cura”.

"You can't eat your cake and have it too"