octubre 02, 2013

Rituales


La madre en su empeño
de ahuyentar los diablos
parte limones
riega las pepas.

Un concierto en el tejado
quizá un millar de lucecitas
y con ciertos santo y seña
conjura santos, prende velitas.

Así tranquiliza el pecho
a veces la buena madre 
que aún sola en su fe
nos guarda siempre en su templo.

Y es de admirar
cuánto fervor y amor
que por evitarle a uno un dolor
a costa de su sudor

mueve montañas
multiplica los panes
nos sana las penas
la gracia es con ella.

La vida es mejor
en virtud de su hacer.
Es la hierbabuena
de por estos campos.

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